1. Menor consumo que las lámparas tradicionales, con reducciones que van desde el 90% para halógenas e incandescentes, 60% para los fluorescentes y lámparas de bajo consumo.
2. Encendido inmediato. Desaparecen las pérdidas de tiempo esperando a que la lámpara alcance la temperatura adecuada, o se encienda correctamente.
3. Entre un 60% y 90% menos de calor emitido. Conlleva ahorro energético en climatización.
4. Elevada durabilidad del LED desde 25.000h hasta las 50.000 horas. De 6 a 20 veces superior que la iluminación tradicional.
5. Reducción del coste de reposición y en consecuencia de mantenimiento, nos ahorramos las nuevas lámparas y la mano de obra de sustituirla. No requiere sustitución del portalámparas existente
6. Amortizaciones rápidas desde 9 meses. Comienzo del ahorro desde el primer año.